El Discípulo de Cristo

Producto de la superficialidad de nuestro tiempo hemos bajado el estándar de lo que significa ser Cristiano. Creamos la categoría de discípulo como una variante del Cristianismo, sólo reservado para los más aventureros y fanáticos, desconociendo el duro mensaje de Cristo respecto a que todos los llamados fueron llamados a ser sus discípulos. Desde la mirada de Jesús (que es la única que cuenta) nadie puede ser Cristiano sin asumir que es un seguidor o discípulo de Cristo. Seguirle a él significa vivir como él y lo más importante estar dispuesto a morir como él. El Cristianismo Bíblico deja al hombre sin opción, o es todo o nada, o reconoces tu condición de perdido sin Cristo y por consecuencia te entregas a seguir al Dios de tu salvación en todos sus mandatos o te revelas completamente y niegas la verdad de Dios para vivir conforme a tus principios y deleites y esperas el día de tu muerte con terror y temblor.

Seguir a Jesús implica renunciar al mundo y sus principios para subordinar toda tu vida a sus principios, cualquier idea que niegue esa realidad no es más que un autoengaño triste y absurdo que no conduce a nada distinto que la eterna separación de Dios y nada tiene que ver con el mensaje del evangelio de Jesucristo.

 

 

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