Vivimos en tiempos en donde pareciese que el cristianismo está bajo amenaza intensa, el avance de movimientos progresistas y de izquierda , cuyo sustento ideológico están en el mismo infierno , amenazan de alguna forma nuestra tranquila y pasiva convivencia como iglesia .
Sin embargo vivimos bajo una occidentalización de la cosmovisión tal que recién empezamos a sentirnos presionados y suponemos que empezaron los tiempos difíciles para la iglesia . La verdad es que la iglesia nunca ha tenido tiempos fáciles , en ningún momento de la historia así ha sido. Porque mientras los “cristianos “ de occidente hacíamos misiones en punta del este , Cancún o Pichilemu , miles de hermanos nuestros eran sacrificados , perseguidos y oprimidos en otros lugares del mundo por la misma fe que nos movía a nosotros . Expertos dicen que nunca la iglesia de Cristo ha estado bajo tanta persecución como lo ha sido en estos siglos . ( en cantidad de muertos ) y esto, sin duda alguna, debe hacernos reflexionar respecto a cuánta (in)sensibilidad tenemos los cristianos respecto a nuestra integración como parte del cuerpo .
¿Podemos ser indiferentes frente al dolor de nuestros hermanos perseguidos ? ¿Es necesario experimentar en nuestro propio cuerpo las aflicciones para comprender el dolor de ellas ?, la respuesta es obvia, Si, podemos ( no todos pero si muchos ). A lo menos 100 años de iglesia occidental así lo demuestran, Pero esto no significa que esté bien y que debamos conformarnos con esta depravación de nuestros pensamientos o que podamos normalizar nuestra falta de compromiso con el cuerpo de Cristo .
Hay cosas que deben cambiar , y creo que la complicación de nuestra realidad social y política actual nos llevará ineludiblemente a ese cambio . Porque por fin entenderemos lo que significa la segregación , la discriminación y la persecución ( aunque sea puramente ideológica o teórica y no física por ahora al menos ) . Esto debe hacernos despertar y lo hará . Pero también horodará profundamente la iglesia institucional cristiana. Por cuanto separará entre aquellos que por la revelación del evangelio y sus doctrinas no se someterán a las nuevas estructuras y paradigmas y otros que torciendo la escritura la acomodarán para satisfacer el avance de los nuevos tiempos . Se mostrará verdaderamente lo que cada uno es y lo que cada uno cree, el aventador entrará en acción para distinguir entre el trigo y la cizaña . No sé si son señales antes del fin o si es solo una circunstancia más dada por Dios para capacitar a su pueblo, pero no tengo ninguna duda que será una excelente herramienta de despertar a su adormecido pueblo.